Centro para la paz y los derechos humanos de la Universidad Central de
Venezuela
La
Universidad Central de Venezuela, Máxima Casa de Estudios del país, símbolo por
antonomasia de la universidad autónoma venezolana (cfr. Art 109 CRBV) cuenta en
su haber con una historia de tres siglos. Ella ha sido capaz, por los hombres y
mujeres que la conforman, de remontar los embates de la historia,
reinventándose y abriéndose al futuro cargado de la luz de los distintos
saberes que la conforman. La sabiduría acumulada a lo largo de todos estos
años, su capacidad de resistencia, la pluralidad y libertad que la han
caracterizado, nos dan motivos para seguir apostando y creyendo en sus
fundamentos democráticos, de diálogo y búsqueda consensuada de soluciones a
problemas que se ciernen como un
horizonte cerrado y pretendiendo con ello la negación misma de lo que es la
Academia: debate, diversidad, argumentos, pluralidad, libertad de cátedra,
autonomía como condición de posibilidad que garantiza su independencia del
poder político-partidista y su pretensión de ponerla a su servicio y no al
servicio del país, como ha sido, es y tiene que seguir siendo.
Hoy
la Universidad atraviesa unas aguas muy encrespadas en medio del desconcierto
nacional, tanto que pareciera que a veces la barca se fuese a hundir. En la
actual gestión rectoral, que por cierto la han obligado a permanecer en su ejercicio más allá del tiempo establecido
por la ley, violando así las disposiciones legales, no han bastado los sesenta
y dos (62) ataques armados tanto al Patrimonio Mundial que es la UCV como a sus
estudiantes, profesores y autoridades rectorales y decanales, obreros y
empleados. Entiéndase ataques armados por: motorizados encapuchados con armas
largas, bombas lacrimógenas, incendiarias, sin respetar siquiera el Alma Mater
que es el Aula Magna llena de gente y disolver eventos a punta de hechos
violentos, o destruir parcialmente el mural de Oswaldo Vigas (1953) ubicado en
plaza cubierta a la entrada del rectorado, poner en riesgo la estructura del
edificio rectoral destrozando parte de las vigas estructurales, o quemar sedes
de centros de estudiantes o incluso decanatos… sin contar los heridos, humillaciones
y vejaciones, temor y terror a la que es sometida constantemente la comunidad
universitaria, sin que haya habido en todos estos hechos ni un solo
responsable, pese a las “investigaciones” del CICPC, ni siquiera algún
pronunciamiento de la Fiscalía o de la Defensoría del Pueblo, y cuando lo ha
habido es para inculpar a la misma Universidad por falta de gobernabilidad.
Estamos en un país al revés, a los que cometen tales atropellos, violencia y
desolación, se les llama “héroes” y hasta se les levanta la mano como gesto de
aprobación de que ese es el camino para la “transformación universitaria”; y a
quienes se apegan a las leyes, defendiendo su legítimo derecho a un ejercicio
autónomo de la educación universitaria, de calidad, en un sano clima de convivencia,
dirimiendo los conflictos de modo académico, se les llama irrespetuosamente con
cualquier clase de adjetivo, descalificando así el profesionalismo de quienes
sostienen dignamente la Universidad.
Es
cierto que el conflicto universitario actual ha adquirido unas dimensiones que
van más allá de la UCV. Estamos hablando de toda la Universidad a nivel
nacional, con sus legítimos representantes agremiados en FAPUV, APUCV, AVERU,
librando una batalla asimétrica en la cual quien pierde es el país. Poco antes
del período de “vacaciones” de agosto, se instalaron unas mesas de trabajo para
procurar llegar a acuerdos y soluciones a las demandas que por derecho le
corresponden a los universitarios. Pareciera que por fin se van dando pasos por
parte del gobierno en la dirección correcta que es la del diálogo respetuoso,
de reconocimiento de la normativa que rige a las universidades y atendiendo a
los justos reclamos puestos en las mesas de trabajo. Animamos al MPPEU a que
continúe en esa dirección. No obstante esto, no se puede bajar la guardia hasta
que se logre lo previsto en el pliego conflictivo que consta de diez (10)
puntos. El conflicto continua. Tal vez llegue septiembre y continuemos en ello.
Estaremos monitoreando los acuerdos y avances que se logren. Desde el Centro
para la paz y los DDHH de la UCV, abogamos porque septiembre comience con buen
pie. Es el anhelo de todos los venezolanos.
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