Centro de Derechos Humanos de la UCAB
@cdh_ucab
Comienzo a escribir
este artículo justo tras dejar una comunidad de migrantes en la Vega, donde
junto a mis alumnos, futuros abogados de la UCAB, prestamos atención jurídica
especializada en materia de derechos humamos. Una alumna me comentó en el
camino de regreso “profe estoy impresionada! todavía tengo la imagen de ver como
tantas personas nos esperaban ávidas de obtener una orientación, una respuesta.
Usted cree que podrán resolver su situación?”. Esa tarde en menos de cuatro
horas atendimos mas de 85 casos, algunos con sólo unos meses en Venezuela,
otros con toda una vida en nuestro país. La constante: tener una vida al margen
de la sociedad y al acceso a derechos por no poseer documentos. Venezuela,
cultural e históricamente se ha caracterizado como un país tradicionalmente
abierto a oleadas migratorias, al igual que una sociedad respetuosa y tolerante
a la migración.
Sin embargo, la protección de los derechos humanos de las
personas migrantes sigue siendo una necesidad todavía sin respuesta. A pesar de
que el gobierno ha mostrado su voluntad de asumir compromisos internacionales en
esta materia como lo hizo a raíz del Examen Periódico Universal en 2012
suscribiendo la Convención Internacional para la Protección de los Trabajadores
Migratorios y sus Familias, uno de los principales tratados ONU y de tener comparativamente
con otros países una legislación progresista en materia migratoria, son muchos
los espacios donde hay que hacer valer los derechos que han sido reconocidos.
En
su mayoría la población migrante en condición irregular o los llamados
“indocumentados” están rodeados por
circunstancias que los colocan en situación de vulnerabilidad, encontrándose en
entornos sociales de pobreza y clandestinidad. La irregularidad migratoria de
acuerdo a los tratados internacionales y la legislación venezolana no los
excluye de la protección de sus derechos, sin embargo, la realidad es que se
encuentran al margen de acceso a derechos y recursos para su protección.
Múltiples
son las situaciones discriminatorias, los problemas y los abusos que padecen.
Principalmente, el problema lo encabezan las instituciones del poder público,
las cuales, son inoperantes y no brindan respuestas o protección.
Adicionalmente, los conocidos casos de extorsión y chantaje por parte de
funcionarios públicos, detenciones arbitrarias, falta de acceso a derechos
económicos, sociales y culturales, abuso laboral, venta de documentos, entre
otros.
Uno de los problemas preocupantes que hemos detectado es la violación al
derecho a la educación de los niños, niñas y adolecentes migrantes que por no
poseer documento son retirados de los colegios o en el caso que puedan seguir
no obtienen su título, ni certificación de notas, ya que no existe forma de
ingresarlos en el sistema por no poseer cédula de identidad, violando su derecho
fundamental de acceso a la educación en condiciones de igualdad de trato con
los nacionales.
Es imperativo que Venezuela desarrolle con base a los
lineamientos internacionales en la
materia medidas protectoras que respondan a la condición vulnerable que tienen
las personas migrantes. Dichas medidas no sólo comienzan por la adopción de la
legislación especial correspondientes, sino que también, se refieren a medidas
que busquen la tolerancia y el respeto de los derechos humanos de esta
población en el país.
Hoy en día tenemos como reto la instrumentalización y aplicación de la
legislación interna, así como, la organización y funcionamiento de las
instituciones publicas de una forma eficiente que brinde de manera efectiva la
protección debida a las personas migrantes. Creemos firmemente que superar las
deficiencias parte primeramente de la voluntad política del gobierno.
El estado
venezolano debe demostrar su compromiso con la protección de los migrantes y
una forma de hacerlo es promulgando finalmente la ley aprobatoria de la Convención
sobre Trabajadores Migrantes y sus Familiares, convirtiéndola en ley nacional y
expresando así, su verdadero compromiso frente a la protección de los derechos
humanos.
@BEABOR
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