(Caracas, 11.02.14) Las organizaciones que suscribimos el
presente pronunciamiento, integrantes de la coalición “Foro por la Vida”,
expresamos con preocupación la manera como se viene generando progresivamente
un cerco a la protesta pacífica en Venezuela. Una política de Estado que, a
través de un marco jurídico cada vez más restrictivo, transforma en delito el
ejercicio de los derechos constitucionales a la manifestación y a la huelga. Se
suma a ello actuaciones para controlar
el orden público reñidas con la Constitución y los derechos humanos.
En el marco de esa
política existe una instrumentalización de los Poderes Públicos, principalmente
el Poder Judicial, para iniciar procesos judiciales contra luchadores sociales.
Actualmente más de 3000 personas se encuentran sometidos a procesos penales
algunos de ellos incluso procesados en la justicia militar en violación al
derecho al juez natural. Además de criminalizar el ejercicio de derechos, los
tribunales están siendo utilizados para castigar incluso la opinión disidente
dentro del sector oficialista, como lo demuestran los casos denunciados de
retaliación política contra Huma Rosario y Benito Flores (Trujillo), Fidel
Palma (El Tocuyo), Numa Rojas (Maturín) y Robert Ramos (Mérida), a quienes no
se les garantizó su derecho a la defensa, violando el debido proceso.
De ese conjunto de personas criminalizadas por ejercer
derechos más de 40 han sido encarceladas en los últimos cinco años, algunos de
ellos como el sindicalista Rubén González Secretario General de Sintraferrominera
quien estuvo preso 17 meses, cinco sindicalistas procesados en la justicia
militar encarcelados cuatro meses en 2013
y en los últimos 15 días se impuso pena de prisión a 13 manifestantes.
Algunas personas sometidas a régimen de presentación llevan
más de siete años con libertad restringida como es el caso de 11 sindicalistas de la empresa
transporte Camila en el estado Bolívar o estudiantes de las manifestaciones
contra el cierre de radio Caracas. Otros, como los 5 capitanes pemones del
municipio Gran Sabana, están siendo juzgados inconstitucionalmente por la
jurisdicción militar.
Resulta igualmente preocupante la creciente imputación de
manifestantes por supuestos delitos asociados con terrorismo, pues constituye
un etiquetamiento inaceptable que pretende amedrentar mediante el incremento
desproporcionado de posibles sanciones penales. Toda esta política de Estado
que criminaliza el derecho a exigir derechos viene acompañada, en algunas oportunidades,
con prácticas policiales y militares de controlar el orden público de manera
contraria al mandato constitucional produciendo variadas violaciones a los
derechos humanos.
Aún cuando la Constitución en el artículo 68 establece la prohibición del uso de armas de
fuego y sustancias tóxicas en el control de manifestaciones pacíficas, cuerpos
armados del Estado continúan usando armas de fuego y gases lacrimógenos para
controlar manifestaciones. En consecuencia en los últimos cinco años cinco
manifestantes fueron asesinados por policías o militares en el contexto de manifestaciones. En este
sentido, de violación de las garantías presentes en la Carta Magna, se
encuentra la iniciativa aprobada por el gobernador del estado Carabobo,
Franciso Ameliach, de prohibir las manifestaciones en el centro de Valencia,
argumentando protección del patrimonio histórico.
A pesar de la retórica sobre la sanción a los delitos contra
los derechos humanos cometidos en el pasado, queremos recordar que luego de
casi 25 años de los hechos del Caracazo, en los tribunales venezolanos no hay
ninguna sentencia condenatoria de carácter definitivo que haya determinado
responsabilidades penales por las gravísimas violaciones de los derechos
humanos cometidas en esos días. Tampoco, las autoridades han realizado los
procedimientos técnicos de carácter independiente para identificar plenamente
los restos de las víctimas aún no entregados a sus familiares, ni se han
cumplido la mayoría de las garantías de no repetición establecidas en este caso
por la Corte Interamericana en su
sentencia de reparaciones dictada hace doce años. Por ello, cuando se aproxima
un nuevo aniversario de aquellos lamentables sucesos, exhortamos al Estado
venezolano a cumplir con la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos que expresamente indicó:
“No se pueden invocar pretextos de mantenimiento de
seguridad pública para violar el derecho
a la vida. Debe, asimismo, el Estado, ajustar los planes operativos tendientes
a encarar las perturbaciones del orden público a las exigencias del respeto y
protección de tales derechos, adoptando, al efecto, entre otras medidas, las
orientadas a controlar la actuación de todos los miembros de los cuerpos de
seguridad en el terreno mismo de los hechos para evitar que se produzcan
excesos. Y debe finalmente, el Estado garantizar que, de ser necesario emplear
medios físicos para enfrentar las situaciones de perturbación del orden
público, los miembros de sus cuerpos armados y de sus organismos de seguridad
utilizarán únicamente los que sean indispensables para controlar esas
situaciones de manera racional y proporcionada196, y con respeto a los derechos
a la vida y a la integridad personal”[1]
- Exhortamos al Ejecutivo Nacional y demás Poderes Públicos
a respetar el derecho de las personas a manifestar y ejercer el derecho a la
huelga a no continuar con la política de
criminalizar la manifestación pacífica y la huelga.
- Recordamos a los y las manifestantes que el ejercicio del
derecho a la manifestación y la huelga deben realizarse de manera pacífica
- Exigimos una vez más que se cumpla con el mandato de la
Constitución de no usar armas de fuego y sustancias tóxicas en el control de
las manifestaciones y que se investigue y sancionen a los y las funcionarias
autores materiales e intelectuales que incumplan con la obligación de actuar en
el marco de la Constitución.
Suscriben:
Acción Ciudadana Contra el Sida (ACCSI)
Acción Solidaria (ACSOL)
Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés
Bello
Centro para la Paz y los Derechos Humanos de la Universidad
Central de Venezuela
Comité de Familiares de las Víctimas de los sucesos
ocurridos entre el 27 de febrero y los primeros días de marzo de 1989 (Cofavic)
Espacio Público
Justicia y Paz Caritas Los Teques
Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana
Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos
(Provea)
Vicaría de Derechos Humanos de la Arquidiócesis de Caracas
1 comentarios:
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